Bañarnos es un trámite complejo y marca siempre un antes y un después. ¿Qué representa para nosotros?
Además de bañarnos, también comemos, nos levantamos cada mañana y tenemos muchas coincidencias pero tomarse un baño me hizo pensar en que los peores y mejores momentos terminan en “una ducha”. La ducha es un momento reflexivo y humano.
No creo que mis gatos estén pensando en su trascendencia en el mundo, la inminente muerte, los retos de la adultez y recuerdos de los momentos en los que podíamos salir a la calle (es el 2020), todo esto mientras se bañan.
Si eres pobre, bañarte representa un sacrificio por el esfuerzo de calentar agua en invierno y la incomodidad de estar preocupado del recorrido del agua, dado que es mi brazo quien guía el contenido de esa jarrita.
¿Tú has pensado en el recorrido o la frecuencia del agua mientras te bañas?
Muy ducha de hotel Belmod 5 estrellas pero la sensación no será la misma que bañarte en tu propia ducha. Debe ser porque en la ducha te sientes indefenso como Marion en la escena de Psicosis. Y creo que tu propia ducha te ayuda a sentirte cómodo y algo más relajado.
Qué considerado tomar una ducha antes de tener sexo. ¿Por qué deberíamos soportar un mal olor? Creo que no soy de los que se preocupan por si llegan a tener orgasmos conmigo, pero si me preocupo por llegar bien duchado.
Es que algunas veces te duchas con intención. A veces solo haces por rutina. Esta ducha es porque tendré sexo en un par de horas. Esta ducha es porque he estado fumando y no quiero que me descubran. Esta ducha es porque acabo de regresar de comprar en el supermercado (si, es el 2020). Esta ducha es porque necesito que se me quite el sueño. Esta ducha es porque saldré a tonear (aunque esa se parece al “tendré sexo en un par de horas”).
En mi top 3 de duchas favoritas son:
Las post ejercicio. Cuando realmente te esforzaste y nadaste todo lo que pudiste o completaste todo el wood en el crossfit. Bañarte y sentirte fuerte, sano y mejor que antes. Mejor de lo que te sentías antes de iniciar el ejercicio. Piensas, en cada caricia con el jabón, que tus músculos son más grandes ahora.
¡Buena ducha, te extraño¡ siempre me has sido muy esquiva y pocas veces te he podido gozar bien.
Te la debo.
Las post cansancio. Esta es completamente distinta y si te he disfrutado varias veces. Después de levantarme a las 6 de la mañana y terminar de chambear a las 10 de la noche. También cuando chambeaba más de 9 horas parado. Esa ducha es un cierre. Necesitas regresar a lo que eras antes de ese desgaste.
Para todos aquellos que van a una oficina, se sientan a tomar decisiones, a escuchar al jefe equivocarse, a los chismes y malas intenciones. Ese cansancio es grave, lo sé. Ahora, de lunes a viernes vivo eso. A ustedes, les quiero decir que el otro cansancio, el que implica cargar algo, caminar y tocar puertas, estar parado y aceptar los desplantes de los demás. Ese cansancio -estimado oficinista- no es el mismo. Este otro cansancio es doloroso y la ducha es un alivio. Entiéndelo como quieras.
Las post alegría. Mi ducha favorita. En esta ducha eres consiente del momento, porque mientras cae el champu a tu mano, empiezas a cantar o sonreír. El mundo te quiere y te das cuenta que todo va a estar mejor.
Estimada ducha, eres realmente escasa ¿te acuerdas de esa ducha después de ingresar a la universidad? No te la esperabas.
La ducha de “conseguiste la chamba que estabas esperando”. Realmente el mundo va a estar mejor (para ti por lo menos).
Esa ducha después de recorrer Manhattan. Que dolor de pies, pero qué alegría.
Ya quiero mi ducha post “esta pandemia oficialmente dejó de ser un riesgo para la humanidad”.
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